jueves, 10 de noviembre de 2011

LIGERO EQUIPAJE

Una maleta cargada de existencia,
de divertimentos y colores tenues,
un misterio en ciernes por conocer
qué destino tocará en la penumbra del pecado,
qué nuevos olores percibiré en el silencio,
cuando lo humano se vuelve perverso
y los latidos rugen en espasmos.

La carga con los años
trastoca en imperceptible,
los recuerdos ya casi difuminados
aparecen en la sonrisa del amanecer,
aquella primaria reacción estupida y contemplativa
de aceptar una vida sin gusto,
de ver como te pierdes en cada ocaso,
de saber que diste el certero paso hacia el olvido.

Y tras la lámpara de noche
las sombras dibujan tu forma,
la misma que magistralmente fueron trazos en mis manos,
y no son más que moldes negros en apariencia,
silencios quedos en la bulla del interior,
la soledad infinita en el descanso,
tan solo un sueño difuso de una primavera pasada.
Hoy dejaste de ser vida en mí,
mañana te conviertes en el aire que respiro.
Y vivo...