viernes, 7 de septiembre de 2007

MUERTE LENTA

Espejos quebrados al son de la danza brutal,
de latidos inmersos en sueños que no se dan,
golpes tan duros como las dudas tuyas que lastiman,
estúpido silencio que agolpa a mis fauces.

Torpes movimientos de una tertulia fallida,
en búsqueda de explicaciones tan inciertas
lo voluble de la atmósfera que respiramos
hace que mis inhalaciones se extingan.

Nada más por hacer que esperar las horas pasar,
un frío acero que se acerca a mi cúspide
es débil imagen de aquel que cercenó mi alma,
la oscuridad se aproxima e invita
a que la visite con frecuencia
cuando mis ojos por fin se apaguen.

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