jueves, 15 de noviembre de 2007

SIETE

Número maldito que destruíste lo eterno,
aliento de dudas y falsas promesas
doscientos diez días de ceguera incurable
y mis pupilas no resisten otra luz
distinta a la de tu presencia.
¿Cómo vivir treinta días más
cuando el infinito era nuestro cielo?

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