Textura perfecta,
lo suficientemente húmedos
resbalando en mis labios torpes,
ásperos a tu sentido.
Me siento un príncipe hoy
pero súbdito de tu cercana presencia,
esclavizado por tu ausencia,
torturado por la lejanía.
Invítame de tu néctar,
de recipiente sensible a mis ruegos,
soy un pobre ser sediento
reanimado por tus besos.
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