Déjame soñar contigo,
dame tan solo esa gracia
así podré dormir quieto
así podrá soñar despierto.
Déjame respirar tu aliento,
así podré nutrirme de cosas nuevas
de duendes y estrellas
de miel y encanto.
Déjame desearte en silencio,
aquí lejos y quedo
sin más esperanza que las del guerrero
que va a la muerte
sin más defensa
que su yelmo.
Y al final de la batalla diaria,
del amarte y no desearte
mi cuerpo castigaré con furia,
flagelaré mis sentidos y
mutilaré mis recuerdos,
cercenaré mi instinto;
y, luego de todo ello,
seguiré mirándote fijamente
muriendo con la sonrisa
mezclada con lamento.
1 comentario:
Que lindo y triste a la vez.
Muchas veces los amores son correspondidos en silencio por fuertes motivos.
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