Sueños de estruendosos finales,
recubiertos en paradigmáticas evocaciones,
de movimientos epilépticos sin descanso
y olores que difieren tanto del puro incienso.
Lúdicos juegos perversos,
placeres antiguos nunca muertos,
ensayos a dúo en rincones no descubiertos,
superficies de placer son el soñado terreno.
Tiempo ido y que retorna
hasta el encuentro de dos cuerpos que se añoran,
la tibieza de tu topografía me implora
que me adentre en lo profundo de lo eterno.
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