lunes, 24 de septiembre de 2007

PIEL CONTRA PIEL

Sólo dos cuerpos yacen
sin más armadura que las formas absolutas
que no se intimidan ante lo incierto
y desafían a las voces externas
llevándose por la pasión y el deseo
ante un calendario adverso.

Calor contra calor,
sin protección e indefensos
partimos raudos al juego
de convertirnos en aves
alzando vuelo en plena libertad
buscando un nido en deshielo.

Es el momento que los sentidos se avivan,
que tanto tú y yo estamos dispuestos
a ahogarnos en nuestro propio extásis
y desmayarnos en medio del fuego
fabricado por el roce incesante
de invisibles yelmos.

La humedad de nuestros cuerpos
es transgredida por la posesión en extremo
de no hallarme cubierto
y así poder entrar en tu anatomía
bajo el manto de un mágico cielo.

Cuando veamos pasar dos estaciones
y tu vientre se llené de mí y de vida,
esperaremos juntos el momento
para ser tres en nuestro universo.

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