Piedra y cemento,
verde y fuego,
extensión de vida a mis pies,
silente espacio de misterio.
Tiempo penoso en pensamientos,
malditas dudas laceran el cuerpo,
lo mejor del espectro no se halla
pues elegiste el mejor escondite
del desierto.
Llaga, miseria, sangre y putrefacción,
combinación de colores y olores
convertidos en marco de existencia,
lejana y perversa.
No me verás con tus ojos pues mi invisibilidad,
me hará inmune al canto de sirena,
pasaré ante tu vista sin convertirme en pìedra
y me prepararé para una nueva odisea.
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