La dulzura de tu voz,
la mirada que posaste en mí
qué mas he de pedirte
salvo que pongas en acción
tu sentido del tacto,
que despiertes tu olfato
y el gusto adquiera niveles de excelencia.
No es fácil nadar contra la corriente,
la vida de dos salmones no es envidiable
pero ellos juntos puedan navegar grandes trechos
y vivir su vida a su manera
sin importar el resto
sólo teniéndose el uno al otro.
Seamos salmones entonces,
no hay culpa ni temor en lo nuestro
déjame amarte en silencio
y gritarlo en mis adentros
y sellar en mi interior
un TE QUIERO eterno y ansiado.
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