jueves, 2 de agosto de 2007

MIRANDO EL CIELO

El mismo sol que me cubre,
es tardo en llegar a tu rostro
y los sesenta minutos de diferencia
marcan un espacio en kilómetros inexpugnables,
difíciles de recorrer.

Y cuando mi cuerpo se posa en la alfombra verde
y prolongo mi extremidad superior
buscando tocar ese cuerpo amarillo intenso que me ciega,
dibujo formas caprichosas arabescas
que recuerdan esas noches de colores
que se desdibujan al anochecer
para dar paso a camuflajes misteriosos
escondidos en la penumbra.

Y a miles de kilómetros
¿tú repetirás este acto?
Espero que sí,
seguiré dibujando siluetas en el aire
hasta sentir tu índice
posarse en mi sien.

No hay comentarios: